domingo, 12 de noviembre de 2017

"La historia de la Quintrala está cargada de superchería"






He aquí la entrevista del periodista de La Segunda Juan Carlos Ramírez. De una entrevista mucho más larga, él escogió lo más impactante o confrontacional. Es lógico que lo hiciera, así es el periodismo. Sin embargo, la entrevista entera, "la verdadera entrevista" fue mucho más rica y fue la siguiente: 
   
Entrevista completa de Juan Carlos Ramírez,
periodista de La Segunda: 

-Lo primero: cuentanos de tí. ¿Cómo un chileno residente en España desde los nueve años, puede conectar con la historia de un alemán que logró "entrar" en España y Chile y establecerse ahi? ¿Fue un proceso? ¿Un momento en particular? 

Yo tuve una infancia muy feliz en Chile con alrededor de 50 primos y varios tíos y abuelos. Sin embargo, mi familia emigró a España en el año 73 a la par de los avatares políticos e inestabilidad social. Aquello con el tiempo me produjo una gran sensación de desarraigo y una crisis de identidad. A pesar de mi elevada adaptación a la sociedad española, algo de esa infancia luminosa emergía en mí de forma recurrente. Nunca me adapté del todo y llegado a los 30 años tuve la imperiosa necesidad de saber quién era pues apenas tenía información de mi pasado.

Durante mi vida en España he tenido siempre un gran mentor, que fue el apoyo continuado de mi hermano mayor que vive en la actualidad en Santiago. Con mi hermano (que vivió en España) nos quedábamos hasta altas horas de la madrugada hablando de nuestro pasado en Chile, de nuestra herencia familiar, de los Portales, de aquel otro que había sido masón, de mi abuela Lucía que había sido escritora, poeta y feminista, de mis tíos abuelos Roberto y Carlos Humeres Solar, grandes promotores del arte y de la  intelectualidad chilena... todo ello encendió mi imaginación en el despertar de mi adolescencia y luego en edad ya más madura fue el impulso motriz que me llevó a saber más, a profundizar más sobre todo ello.

   Y así un día me presenté en la Biblioteca Nacional de España  y todo lo que me contaba mi hermano empezó a cobrar una dimensión científica. Ante mí se desplegaron obras maravillosas, incunables, manuales biográficos, y cientos de miles de noticias de todo tipo. Allí estaba yo en aquel templo de la sabiduría acompañado de todos los prohombres que la historia había seleccionado para sobrevivir al olvido.

   Mi primera intención era saber quién era, quién eran los Ruiz-Tagle, aunque también estudié a la familia de mi padre. Detrás de los Ruiz-Tagle me encontré con cosas maravillosas que me dejaron aturdido durante mucho tiempo: cargos palaciegos, títulos nobiliarios, virreyes, mayorazgos, presidentes de la nación... Un mundo riquísimo de posibilidades se desplegó ante mí y me obsesioné tanto con el tema que seguí investigando durante 3 lustros, investigando también en la Real Academia de la Historia , en el Archivo Histórico Nacional, en la Real Academia Española, haciendo también varios viajes regionales que me llevaron hasta Málaga, Granada y Sevilla, donde investigué entre otros muchos archivos en el Archivo General de Indias. Al final hice un verdadero doctorado, pero no porque nadie me obligase a ello, no comisionado por nadie, sino porque sentía una pasión incandescente,  que como Ercilla me obligó a apoderarme de mi destino.

-¿Qué son las cosas que se pueden descubrir sobre los ancestros de una persona en esas horas y horas que pasaste encerrado entre documentos y archivos? Sobre todo en épocas de archivos tan acotados, no como ahora que toda nuestra vida está registrada. 

   Empecé a investigar con la metodología antigua, la de clasificación manual, pero a partir de 1995 llegó la era digital y eso propulsó mi investigación de forma asombrosa. Tras estudiar a los Ruiz-Tagle un día me topé con las obras de Luis del Espejo y de Roa y Ursúa y me llamó tremendamente la atención comprobar que la tradición historiográfica chilena afirmaba que Pedro Lísperguer descendía de un duque de Sajonia y por otra parte, que se había casado con una mestiza Agüeda Flores que descendía de una cacica del lugar, lo que me pareció muy exótico. Esta misma tradición historiográfica chilena para afirmar o probar su nobleza se basaba en unas probanzas de hidalguía de la familia Wittemberg con “m” familia que radicaba en Málaga. Eso se convirtió en un puente de mi propia existencia, ya que ello suponía que la familia colonial  más importante de Chile de la que deriva su tópico literario más enigmático y trascendental “la Quintrala” tenía una conexión española.

         Así las cosas un día envié una petición de información al Archivo Municipal de Málaga, preguntando sobre la familia Wittemberg. Me contestaron remitiéndome a mi casa un sobre repleto de documentos sobre esta familia. Eso nuevamente encendió mi imaginación. Entendí rápidamente que si la tradición historiográfica chilena se había basado en la familia Wittemberg para justificar la hidalguía de Pedro Lísperguer, cualquier información nobiliaria procedente de esta familia, nos llevaría a una situación de presupuestos comunes, que permitirían avanzar en la comprensión de la idiosincrasia de la familia Lísperguer.

     Durante años seguí investigando a la familia Wittemberg y para mi asombro descubrí que había sido una familia muy pudiente y de gran poder político en la España del siglo XVII y XVIII, vinculándose con multitud de títulos nobiliarios e incluso Grandes de España. También fue muy importante la afirmación que estos hacían de ser descendientes de la Casa Württemberg en Alemania, lo que habría líneas muy interesantes para seguir investigando a los Lísperguer, no sólo en España sino también en Alemania y especialmente en Worms, donde también conseguí grandes avances.

Hablemos de Pedro de Liesperguer Wittenberg, ¿qué es lo que tiene de fascinante como para movilizarte a hacer este estudio? 

    Bueno,  en mi investigación hay dos vertientes: una la que estudia el pasado de Pedro Lísperguer en Alemania, España e Inglaterra y otra la que estudia el origen de los Lísperguer y su conexión con los Wittemberg.

   Respecto a lo primero, las pruebas indican que Pedro Lísperguer  tuvo un pasado valiosísimo en Europa (para detalles más concretos leer la introducción de mi obra de libre acceso a través de internet en Amazon). Pedro Lísperguer no sólo coincidió con el Emperador Carlos V y su hermano Fernando, Rey de los Romanos en Worms, sino que viajó especialmente con el primero por el sur de Alemania, los Países Bajos... En Utrecht se separó del emperador y continuó con el conde de Feria hacia  España.  Los Fernández de Córdoba y los Feria fueron familias importantísimas en la historia, Grandes de España, cargados de tradiciones ancestrales y con ellos permaneció Lísperguer más de un década.

    Toda apunta a que la educación cortesana que recibió Lisperguer en España fue riquísima, ya que las tradiciones de esta casa nos indican un pasado glorioso en acontecimientos con figuras como “el Gran Capitán” conquistador de Italia, o Garcilaso de la Vega “príncipe de la poesía española” entre otras muchas y valiosísimos relatos y e interesantes personalidades de la época.   

    Muy interesante es también su viaje a Inglaterra para asistir a la boda de Felipe II con María Tudor (ver fotos artículo Revista Atenea de libre acceso por internet) donde Pedro Lísperguer conoció a las personalidades más relevantes del imperio y estuvo en la isla por 7 meses. Allí fue junto al conde de Feria, embajador de Felipe en Londres, miembro de su Consejo de Estado, y uno de los tres hombres con más poder en la corte filipina, junto a Ruy López y el duque de Alba. Las crónicas señalan claramente que Pedro Lísperguer permaneció junto a los condes de Feria (hubieron dos) durante una década. Estudiando a estos personajes y sus encumbradas vidas,  te das cuenta del riquísimo aporte que esto debió de suponer en la vida de Lísperguer, y cómo éste tuvo también un valiosísimo pasado preamericano. El tema es complejo, pero en Londres vivió unos meses de gran tensión política y se codeó con lo más ilustre de la corte filipina. También la obra analiza su vuelta a España desde Londres y su posterior viaje transoceánico con todas las molestias y curiosidades de la época.

-¿Hay un choque de "mundos" entre la formación alemana de Pedro y el contexto Español y chileno? ¿Influye mucho los procesos que vivían estas naciones? 

    En esta pregunta has captado la esencia del problema: el nacionalismo chileno. Efectivamente, todo el pasado español de Pedro Lísperguer, así como las vivencias de sus primos los Wittemberg compiten con una historia sobredimensionada que forma parte fundamental de la tradición historiográfica chilena. El nacionalismo chileno puja por desembarazarse de estas relaciones pre-americanas, porque éstas alejan el foco de atención de una temática que es esencialmente chilena. En ello está también la visión de Chile como una nación independiente que emerge tras el Bicentenario, la autodeterminación nacional, y cosas semejantes. En realidad ello esconde la vieja pugna entre la colonia que lucha por desligarse de la metrópoli. Sin embargo, hubo un político chileno que una vez afirmó: “uno de los grandes problemas que tiene Chile es su aislamiento internacional debido a su posición geográfica”.

   En realidad la historia de los Lísperguer y la Quintrala es una historia de indianos, una historia cargada de mitos, de superchería... le falta el asidero que le une a realidades superiores, algo que ya denunció en su día Barros Arana. Es una historia eminentemente regional. Mi investigación supone un “puente” que permite exportar la historia de la “Quintrala” y exhibirla a nivel  internacional. En la fusión de esos dos mundos surge la riqueza de una nueva realidad mucho más científica y moderna. Hay muchos casos en la historia chilena de obras híbiridas: Luis del Espejo (Nobiliario de la Capitanía General de Chile), Luis de Ursúa (El Reyno de Chile), o Domingo Amunategui Solar (Solares de Castilla). Todas estas grandes obras unieron la realidad americana a sus raíces españolas y hoy en día suponen grandes tesoros de la historiografía chilena. Sí, hay un choche de mundos pero de ello ha surgido una realidad superlativa, que beneficia sin duda a la cultura chilena nutriéndola de muy interesantes y nuevas aportaciones y oportunidades.

-¿Cuánto de mito y realidad hay en torno a su descendiente más ilustre: La Quintrala? Acá por influencia de la TV era casi la encarnación del mal. 

    Como todo el mundo sabe “la Quintrala” fue una creación de Vicuña Mackenna, que desempolvó la historia a partir de los viejos archivos coloniales. A partir de allí surgió el mito legendario que se expandió como una realidad poliédrica que se absorbió por un ávido imaginario colectivo. La historia de “la Quintrala” es un signo semiótico indiscutible, el “Quijote chileno” y los Lísperguer representan los Tudor de Chile. Sin embargo, también es verdad que la historia de la Quintrala se ha deformado por una visión que ha dado la televisión y la literatura que muy bien puede no adaptarse a la verdadera realidad. Para poder penetrar en la verdadera identidad de “la Quintrala” es fundamental adentrarse en la verdadera idiosincrasia de la familia Lísperguer.

Mi investigación da una nueva interpretación racionalista, empirista, positivista si se quiere, que sin quitarle su parte de gracia y encanto, desmitifica en cierto grado la historia de Vicuña Mackenna, que tenía una imaginación vigorosa, y que escribía sus relatos a “vuelapluma”, con su imaginación luminosa, pero que jamás probó sus pronunciamientos. Mi investigación aporta una nueva realidad científica, analiza la supuesta descendencia de los duques de Sajonia, de los duques de Württemberg, y enriquece una temática antigua dotándola de elementos modernos del que surgen miles de interrogantes, planteamientos y escenarios nuevos. Mi investigación representa un giro copernicano en una materia especialmente sensible para la cultura nacional. Aporta muchísima información inédita y ofrece a las nuevas generaciones nuevas vías de interpretación que serán muy útiles para construir una nación más avanzada y si se quiere, más igualitaria. La persona que está informada es una persona que construye una conciencia crítica. 

Los arribismos de clase son el estigma incurable de nuestra identidad. Es la visión seductora pero también espuria construida por Mackenna. Ofrezcamos a las nuevas generaciones la posibilidad de pensar sin adoctrinamientos. El endiosamiento e idolatría del mal es una aberración de la historia. Pero sí se hace literariamente es un ahorro de energía psíquica, un chiste. Burlémonos del bien y del mal.

 En cualquier caso, dada la complejidad de mi investigación, pasará un siglo hasta que ésta sea completamente comprendida. Pero si hay un rasgo definitorio del hombre es su capacidad para adaptarse a entornos nuevos y descubrir nuevos mundos: es eso precisamente lo que hicimos nosotros cuando llegamos a América, ahora es el momento de revertir el proceso y reconquistar el mundo heterogéneo del cual procedemos.

-¿De qué forma la aventura de Pedro de Liesperguer permite entender una época de España y Chile y cómo influye hasta hoy? 

   Bueno esta pregunta es un sucedáneo de las anteriores. La Historia de Pedro Lísperguer lo que hace básicamente es hermanar a España y Chile, y también unir ambas realidades a Alemania y su riquísima Unión Europea. A través del estudio de Carlos V y su protegido Lísperguer, se abren infinitas posibilidades de estudio para eruditos europeos interesados en estas materias. En definitiva, lo que hace es internacionalizar una temática de carácter regional y le da una dimensión europea, que rebasa el contexto español o chileno y como el Quijote, le brinda la oportunidad de ser verdaderamente “universal”.

  La aventura de Pedro Lísperguer  permite entender como hubo familias extranjeras que en España y en Chile llegaron en pasadas centurias a la cúspide de la pirámide social, lo que sin duda es un logro extraordinario. Eso es como si hoy en día un extranjero llegase a ser presidente de los EEUU. Toda esa comunidad extranjera se apoderó de una importante base nobiliaria y social de Chile y España, eliminando la competencia hispana, lo que no deja de ser un hecho insólito.

El estudio de estas familias extranjeras permite sin duda comprender mucho mejor la realidad española y chilena y conectarla a una realidad superlativa, que sin duda producirán sinergias de todo tipo.

-¿En qué proyectos estás actualmente? 

   En ese largo tiempo que pasé en la Biblioteca Nacional, esa gran Biblioteca de Alejandría, y una de las más ricas en tesoros bibliográficos de la Europa Occidental, no sólo investigué a los Lísperguer sino también a mis tíos abuelos Humeres Solar. Carlos fue profesor de Estética en la Universidad de Chile, Director de la Facultad de Bellas Artes, y Secretario del Conservatorio Nacional de Música, organizador de eventos de arte de todo tipo y su hermano Roberto fue pintor, arquitecto y urbanista, figura clave de la intelectualidad chilena de los 50.

Me gustaría mucho escribir algo sobre los Humeres Solar, algo en lo que mi hermano Juan Enrique, también apoya con una ilusión contagiosa. Acabo de publicar también “Impresiones de Lucía Richard: Episodios memorables del feminismo en Chile” (Literatura, arte y sociedad en el Chile de los años 50) una obra muy positiva que se ha granjeado la simpatía de personas de todo signo ideológico y que fue comentada por Pedro Pablo Guerrero en la Sección de Artes y Letras de El Mercurio en el 2015 (leer sinopsis en Amazon).

Por último, también investigué durante 10 años en la Real Academia de la Historia a un personaje español, un polymath o Leonardo de la Ilustración española, que se encuentra en la base fundacional de la Academia. Este interesante personaje pertenecía a la familia Wittemberg por parte de madre y sus logros imprimen mucha gloria a la estirpe lispergueriana.

 Hoy ya he cumplido 53 años, me he casado y tengo hijos y vivo unos años felices en compañía de mi familia y con la ilusión de mis nuevos proyectos literarios.

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Daniel Piedrabuena Ruiz-Tagle



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Estas magníficas obras se puede adquirir a través de los siguientes enlaces: 

 Los Lisperguer Wittemberg: una familia alemana en el corazón de la cultura chilena: Identidad y esplendor de la primera familia colonial de Chile.


 El conquistador alemán Pedro Lísperguer Wittemberg pulsa aquí: 



Ahora también lo puedes adquirir en Chile


EL ESPEJISMO DE LOS LÍSPERGUER



Para acceder al artículo sobre el origen de la familia Lísperguer publicado en la Revista Atenea pulsa aquí: 




  

Si quieres conocer el artículo del Dr. Isidoro Vázquez de Acuña, puedes hacerlo aquí: 

                              Revista de Estudios Históricos





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