He aquí la entrevista del periodista de La Segunda Juan Carlos Ramírez. De una entrevista mucho más larga, él escogió lo más impactante o confrontacional. Es lógico que lo hiciera, así es el periodismo. Sin embargo, la entrevista entera, "la verdadera entrevista" fue mucho más rica y fue la siguiente:
Entrevista completa de Juan Carlos Ramírez,
periodista de La Segunda:
periodista de La Segunda:
-Lo primero: cuentanos de tí. ¿Cómo un chileno
residente en España desde los nueve años, puede conectar con la historia de un
alemán que logró "entrar" en España y Chile y establecerse ahi? ¿Fue
un proceso? ¿Un momento en particular?
Yo tuve una infancia muy feliz en
Chile con alrededor de 50 primos y varios tíos y abuelos. Sin embargo, mi
familia emigró a España en el año 73 a la par de los avatares políticos e
inestabilidad social. Aquello con el tiempo me produjo una gran sensación de desarraigo
y una crisis de identidad. A pesar de mi elevada adaptación a la sociedad
española, algo de esa infancia luminosa emergía en mí de forma recurrente.
Nunca me adapté del todo y llegado a los 30 años tuve la imperiosa necesidad de
saber quién era pues apenas tenía información de mi pasado.
Durante mi vida en España he tenido siempre un gran mentor, que fue el
apoyo continuado de mi hermano mayor que vive en la actualidad en Santiago. Con
mi hermano (que vivió en España) nos quedábamos hasta altas horas de la
madrugada hablando de nuestro pasado en Chile, de nuestra herencia familiar, de
los Portales, de aquel otro que había sido masón, de mi abuela Lucía que había
sido escritora, poeta y feminista, de mis tíos abuelos Roberto y Carlos Humeres
Solar, grandes promotores del arte y de la
intelectualidad chilena... todo ello encendió mi imaginación en el
despertar de mi adolescencia y luego en edad ya más madura fue el impulso
motriz que me llevó a saber más, a profundizar más sobre todo ello.
Y así un día me presenté en la
Biblioteca Nacional de España y todo lo
que me contaba mi hermano empezó a cobrar una dimensión científica. Ante mí se
desplegaron obras maravillosas, incunables, manuales biográficos, y cientos de
miles de noticias de todo tipo. Allí estaba yo en aquel templo de la sabiduría
acompañado de todos los prohombres que la historia había seleccionado para
sobrevivir al olvido.
Mi primera intención era saber quién
era, quién eran los Ruiz-Tagle, aunque también estudié a la familia de mi
padre. Detrás de los Ruiz-Tagle me encontré con cosas maravillosas que me
dejaron aturdido durante mucho tiempo: cargos palaciegos, títulos nobiliarios,
virreyes, mayorazgos, presidentes de la nación... Un mundo riquísimo de
posibilidades se desplegó ante mí y me obsesioné tanto con el tema que seguí
investigando durante 3 lustros, investigando también en la Real Academia de la
Historia , en el Archivo Histórico Nacional, en la Real Academia Española, haciendo
también varios viajes regionales que me llevaron hasta Málaga, Granada y
Sevilla, donde investigué entre otros muchos archivos en el Archivo General de
Indias. Al final hice un verdadero doctorado, pero no porque nadie me obligase
a ello, no comisionado por nadie, sino porque sentía una pasión
incandescente, que como Ercilla me
obligó a apoderarme de mi destino.
-¿Qué son las cosas que se pueden descubrir
sobre los ancestros de una persona en esas horas y horas que pasaste encerrado
entre documentos y archivos? Sobre todo en épocas de archivos tan acotados, no
como ahora que toda nuestra vida está registrada.
Empecé a investigar con la metodología
antigua, la de clasificación manual, pero a partir de 1995 llegó la era digital
y eso propulsó mi investigación de forma asombrosa. Tras estudiar a los
Ruiz-Tagle un día me topé con las obras de Luis del Espejo y de Roa y Ursúa y
me llamó tremendamente la atención comprobar que la tradición historiográfica
chilena afirmaba que Pedro Lísperguer descendía de un duque de Sajonia y por
otra parte, que se había casado con una mestiza Agüeda Flores que descendía de
una cacica del lugar, lo que me pareció muy exótico. Esta misma tradición
historiográfica chilena para afirmar o probar su nobleza se basaba en unas
probanzas de hidalguía de la familia Wittemberg con “m” familia que radicaba en
Málaga. Eso se convirtió en un puente de mi propia existencia, ya que ello
suponía que la familia colonial más
importante de Chile de la que deriva su tópico literario más enigmático y
trascendental “la Quintrala” tenía una conexión española.
Así las cosas un día envié
una petición de información al Archivo Municipal de Málaga, preguntando sobre
la familia Wittemberg. Me contestaron remitiéndome a mi casa un sobre repleto
de documentos sobre esta familia. Eso nuevamente encendió mi imaginación.
Entendí rápidamente que si la tradición historiográfica chilena se había basado
en la familia Wittemberg para justificar la hidalguía de Pedro Lísperguer,
cualquier información nobiliaria procedente de esta familia, nos llevaría a una
situación de presupuestos comunes, que permitirían avanzar en la comprensión de
la idiosincrasia de la familia Lísperguer.
Durante años seguí investigando a la familia Wittemberg y para mi
asombro descubrí que había sido una familia muy pudiente y de gran poder
político en la España del siglo XVII y XVIII, vinculándose con multitud de
títulos nobiliarios e incluso Grandes de España. También fue muy importante la
afirmación que estos hacían de ser descendientes de la Casa Württemberg en
Alemania, lo que habría líneas muy interesantes para seguir investigando a los
Lísperguer, no sólo en España sino también en Alemania y especialmente en Worms,
donde también conseguí grandes avances.
Hablemos de Pedro de Liesperguer Wittenberg, ¿qué es lo que tiene de fascinante como para movilizarte a hacer este
estudio?
Bueno, en mi investigación hay
dos vertientes: una la que estudia el pasado de Pedro Lísperguer en Alemania,
España e Inglaterra y otra la que estudia el origen de los Lísperguer y su
conexión con los Wittemberg.
Respecto a lo primero, las pruebas indican que Pedro Lísperguer tuvo un pasado valiosísimo en Europa (para
detalles más concretos leer la introducción de mi obra de libre acceso a través
de internet en Amazon). Pedro Lísperguer no sólo coincidió con el Emperador
Carlos V y su hermano Fernando, Rey de los Romanos en Worms, sino que viajó
especialmente con el primero por el sur de Alemania, los Países Bajos... En
Utrecht se separó del emperador y continuó con el conde de Feria hacia España. Los Fernández de Córdoba y los Feria fueron
familias importantísimas en la historia, Grandes de España, cargados de
tradiciones ancestrales y con ellos permaneció Lísperguer más de un década.
Toda apunta a que la educación cortesana que recibió Lisperguer en
España fue riquísima, ya que las tradiciones de esta casa nos indican un pasado
glorioso en acontecimientos con figuras como “el Gran Capitán” conquistador de
Italia, o Garcilaso de la Vega “príncipe de la poesía española” entre otras
muchas y valiosísimos relatos y e interesantes personalidades de la época.
Muy interesante es también su viaje a Inglaterra para asistir a la boda
de Felipe II con María Tudor (ver fotos artículo Revista Atenea de libre acceso
por internet) donde Pedro Lísperguer conoció a las personalidades más
relevantes del imperio y estuvo en la isla por 7 meses. Allí fue junto al conde
de Feria, embajador de Felipe en Londres, miembro de su Consejo de Estado, y uno
de los tres hombres con más poder en la corte filipina, junto a Ruy López y el
duque de Alba. Las crónicas señalan claramente que Pedro Lísperguer permaneció
junto a los condes de Feria (hubieron dos) durante una década. Estudiando a
estos personajes y sus encumbradas vidas,
te das cuenta del riquísimo aporte que esto debió de suponer en la vida
de Lísperguer, y cómo éste tuvo también un valiosísimo pasado preamericano. El
tema es complejo, pero en Londres vivió unos meses de gran tensión política y
se codeó con lo más ilustre de la corte filipina. También la obra analiza su
vuelta a España desde Londres y su posterior viaje transoceánico con todas las
molestias y curiosidades de la época.
-¿Hay un choque de "mundos" entre la
formación alemana de Pedro y el contexto Español y chileno? ¿Influye mucho los
procesos que vivían estas naciones?
En esta pregunta has captado la esencia del problema: el nacionalismo
chileno. Efectivamente, todo el pasado español de Pedro Lísperguer, así como
las vivencias de sus primos los Wittemberg compiten con una historia
sobredimensionada que forma parte fundamental de la tradición historiográfica
chilena. El nacionalismo chileno puja por desembarazarse de estas relaciones
pre-americanas, porque éstas alejan el foco de atención de una temática que es
esencialmente chilena. En ello está también la visión de Chile como una nación
independiente que emerge tras el Bicentenario, la autodeterminación nacional, y
cosas semejantes. En realidad ello esconde la vieja pugna entre la colonia que
lucha por desligarse de la metrópoli. Sin embargo, hubo un político chileno que
una vez afirmó: “uno de los grandes problemas que tiene Chile es su aislamiento
internacional debido a su posición geográfica”.
En realidad la historia de los Lísperguer y la Quintrala es una historia
de indianos, una historia cargada de mitos, de superchería... le falta el
asidero que le une a realidades superiores, algo que ya denunció en su día
Barros Arana. Es una historia eminentemente regional. Mi investigación supone
un “puente” que permite exportar la historia de la “Quintrala” y exhibirla a
nivel internacional. En la fusión de
esos dos mundos surge la riqueza de una nueva realidad mucho más científica y
moderna. Hay muchos casos en la historia chilena de obras híbiridas: Luis del
Espejo (Nobiliario de la Capitanía General de Chile), Luis de Ursúa (El Reyno
de Chile), o Domingo Amunategui Solar (Solares de Castilla). Todas estas
grandes obras unieron la realidad americana a sus raíces españolas y hoy en día
suponen grandes tesoros de la historiografía chilena. Sí, hay un choche de
mundos pero de ello ha surgido una realidad superlativa, que beneficia sin duda
a la cultura chilena nutriéndola de muy interesantes y nuevas aportaciones y
oportunidades.
-¿Cuánto de mito y realidad hay en torno a su
descendiente más ilustre: La Quintrala? Acá por influencia de la TV era casi la
encarnación del mal.
Como todo el mundo sabe “la Quintrala” fue una creación de Vicuña
Mackenna, que desempolvó la historia a partir de los viejos archivos
coloniales. A partir de allí surgió el mito legendario que se expandió como una
realidad poliédrica que se absorbió por un ávido imaginario colectivo. La
historia de “la Quintrala” es un signo semiótico indiscutible, el “Quijote
chileno” y los Lísperguer representan los Tudor de Chile. Sin embargo, también
es verdad que la historia de la Quintrala se ha deformado por una visión que ha
dado la televisión y la literatura que muy bien puede no adaptarse a la verdadera
realidad. Para poder penetrar en la verdadera identidad de “la Quintrala” es
fundamental adentrarse en la verdadera idiosincrasia de la familia Lísperguer.
Mi investigación da una nueva
interpretación racionalista, empirista, positivista si se quiere, que sin
quitarle su parte de gracia y encanto, desmitifica en cierto grado la historia
de Vicuña Mackenna, que tenía una imaginación vigorosa, y que escribía sus
relatos a “vuelapluma”, con su imaginación luminosa, pero que jamás probó sus
pronunciamientos. Mi investigación aporta una nueva realidad científica,
analiza la supuesta descendencia de los duques de Sajonia, de los duques de
Württemberg, y enriquece una temática antigua dotándola de elementos modernos
del que surgen miles de interrogantes, planteamientos y escenarios nuevos. Mi
investigación representa un giro copernicano en una materia especialmente
sensible para la cultura nacional. Aporta muchísima información inédita y
ofrece a las nuevas generaciones nuevas vías de interpretación que serán muy
útiles para construir una nación más avanzada y si se quiere, más igualitaria.
La persona que está informada es una persona que construye una conciencia crítica.
Los arribismos de clase son el estigma incurable de nuestra identidad. Es la
visión seductora pero también espuria construida por Mackenna. Ofrezcamos a las
nuevas generaciones la posibilidad de pensar sin adoctrinamientos. El
endiosamiento e idolatría del mal es una aberración de la historia. Pero sí se
hace literariamente es un ahorro de energía psíquica, un chiste. Burlémonos del
bien y del mal.
En cualquier caso, dada la complejidad de mi
investigación, pasará un siglo hasta que ésta sea completamente comprendida.
Pero si hay un rasgo definitorio del hombre es su capacidad para adaptarse a
entornos nuevos y descubrir nuevos mundos: es eso precisamente lo que hicimos
nosotros cuando llegamos a América, ahora es el momento de revertir el proceso
y reconquistar el mundo heterogéneo del cual procedemos.
-¿De qué forma la aventura de Pedro de
Liesperguer permite entender una época de España y Chile y cómo influye hasta
hoy?
Bueno esta pregunta es un sucedáneo de las anteriores. La Historia de
Pedro Lísperguer lo que hace básicamente es hermanar a España y Chile, y
también unir ambas realidades a Alemania y su riquísima Unión Europea. A través
del estudio de Carlos V y su protegido Lísperguer, se abren infinitas
posibilidades de estudio para eruditos europeos interesados en estas materias.
En definitiva, lo que hace es internacionalizar una temática de carácter
regional y le da una dimensión europea, que rebasa el contexto español o
chileno y como el Quijote, le brinda la oportunidad de ser verdaderamente
“universal”.
La aventura de Pedro Lísperguer permite entender como hubo familias
extranjeras que en España y en Chile llegaron en pasadas centurias a la cúspide
de la pirámide social, lo que sin duda es un logro extraordinario. Eso es como
si hoy en día un extranjero llegase a ser presidente de los EEUU. Toda esa
comunidad extranjera se apoderó de una importante base nobiliaria y social de
Chile y España, eliminando la competencia hispana, lo que no deja de ser un
hecho insólito.
El estudio de estas familias
extranjeras permite sin duda comprender mucho mejor la realidad española y
chilena y conectarla a una realidad superlativa, que sin duda producirán
sinergias de todo tipo.
-¿En qué proyectos estás actualmente?
En ese largo tiempo que pasé en la Biblioteca Nacional, esa gran
Biblioteca de Alejandría, y una de las más ricas en tesoros bibliográficos de
la Europa Occidental, no sólo investigué a los Lísperguer sino también a mis
tíos abuelos Humeres Solar. Carlos fue profesor de Estética en la Universidad
de Chile, Director de la Facultad de Bellas Artes, y Secretario del
Conservatorio Nacional de Música, organizador de eventos de arte de todo tipo y
su hermano Roberto fue pintor, arquitecto y urbanista, figura clave de la intelectualidad
chilena de los 50.
Me gustaría mucho escribir algo sobre
los Humeres Solar, algo en lo que mi hermano Juan Enrique, también apoya con
una ilusión contagiosa. Acabo de publicar también “Impresiones
de Lucía Richard: Episodios memorables del feminismo en Chile” (Literatura,
arte y sociedad en el Chile de los años 50) una obra muy positiva que se ha
granjeado la simpatía de personas de todo signo ideológico y que fue comentada
por Pedro Pablo Guerrero en la Sección de Artes y Letras de El Mercurio en el
2015 (leer sinopsis en Amazon).
Por último, también investigué durante
10 años en la Real Academia de la Historia a un personaje español, un polymath
o Leonardo de la Ilustración española, que se encuentra en la base fundacional
de la Academia. Este interesante personaje pertenecía a la familia Wittemberg
por parte de madre y sus logros imprimen mucha gloria a la estirpe
lispergueriana.
Hoy ya he cumplido 53 años, me he casado y
tengo hijos y vivo unos años felices en compañía de mi familia y con la ilusión
de mis nuevos proyectos literarios.
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Estas magníficas obras se puede adquirir a través de los siguientes enlaces:
Los Lisperguer Wittemberg: una familia alemana en el corazón de la cultura chilena: Identidad y esplendor de la primera familia colonial de Chile.
El conquistador alemán Pedro Lísperguer Wittemberg pulsa aquí:
Para acceder al artículo sobre el origen de la familia Lísperguer publicado en la Revista Atenea pulsa aquí:
Si quieres conocer el artículo del Dr. Isidoro Vázquez de Acuña, puedes hacerlo aquí:
Revista de Estudios Históricos
¡¡Gracias por tu visita!!
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