Casa de Contratación de Sevilla, era “de unos 25 años,
con ojos zarcos (claros o azules), tez blanca y cabello rubio”.
Conquista española: El legendario conquistador alemán Pedro Lisperguer Wittemberg
La conquista española de las Américas nunca fue una empresa exclusivamente española. Entre sus figuras clave, aunque a menudo pasadas por alto, se encuentra Pedro Lisperguer Wittemberg, un cortesano y conquistador de origen alemán cuya trayectoria, desde las cortes europeas hasta los campos de batalla de Chile, ejemplifica la naturaleza global del Imperio español. Su vida mezcló diplomacia, privilegio imperial y ambición personal, convirtiéndolo en uno de los aventureros extranjeros más fascinantes al servicio de la Corona española.
De las cortes europeas a las fronteras imperiales
Antes de poner un pie en las Américas, Pedro Lisperguer Wittemberg ya había vivido una vida extraordinaria en las cortes más poderosas de Europa. Como cortesano que acompañaba al emperador Carlos V por los estados del sur de Alemania y los Países Bajos, fue testigo de primera mano del esplendor de las procesiones imperiales y de las tensiones de la Europa de la Reforma. Su posterior residencia en España, bajo el patrocinio de los duques de Feria, profundizó aún más sus lazos con la aristocracia española.
En 1554, Lisperguer viajó a Londres con el príncipe Felipe (el futuro Felipe II) para su matrimonio real con María Tudor. Ese viaje lo situó en el corazón de la diplomacia europea, donde las alianzas dinásticas moldeaban el destino de las naciones y lo prepararon para los desafíos que más tarde enfrentaría en Perú y Chile.
De las cortes imperiales al Nuevo Mundo
Concedidos privilegios y exenciones especiales por el emperador Carlos V, Pedro Lisperguer cruzó el Atlántico bajo protección imperial, libre de embargos y cláusulas restrictivas que limitaban a muchos otros extranjeros. Ya en el Virreinato del Perú, se integró rápidamente en la élite colonial, forjando alianzas estratégicas con familias nobles españolas que conectaban la aristocracia europea con las clases dirigentes sudamericanas.
Servicio en Lima y llamado a las armas
Durante un tiempo, Lisperguer sirvió bajo las órdenes del virrey don Andrés Hurtado de Mendoza en Lima, consolidando su influencia en la corte virreinal. Cuando el hijo del virrey, García Hurtado de Mendoza, fue enviado a asumir el mando en Chile, Lisperguer se unió a su expedición —marchando hacia el sur junto al poeta-soldado Alonso de Ercilla y otros capitanes notables.
Esta campaña—llamada de diversas formas guerras, pacificación o conquista de Arauco—se desarrolló como uno de los conflictos más duraderos y violentos de la era colonial, enfrentando a los españoles con el resistente pueblo mapuche. La participación de Lisperguer vinculó su nombre para siempre a este turbulento escenario de guerra, donde los ideales europeos de nobleza chocaron con las duras realidades de la conquista fronteriza.
El legado de los Lisperguer
Hacia los siglos XVI y XVII, la familia Lisperguer se había convertido en una piedra angular de la sociedad colonial chilena, asegurando cargos influyentes, títulos nobiliarios y extensas propiedades que se extendían por Perú y Chile. De este linaje emergería la legendaria Catalina de los Ríos y Lisperguer, “La Quintrala”, una de las figuras más controvertidas y mitificadas de la historia chilena —cuya inquietante mezcla de nobleza, misticismo y violencia ha inspirado durante siglos novelas, obras teatrales, estudios históricos y documentales.
Un puente entre mundos
La historia de Pedro Lisperguer Wittemberg no es simplemente la de un conquistador. Es la historia de un puente entre las cortes europeas y las fronteras americanas, entre el privilegio nobiliario y la lucha colonial. Su vida y descendencia dejaron un legado que sigue fascinando a historiadores y lectores en todo el mundo, recordándonos que la conquista española nunca fue puramente española: fue una empresa internacional que transformó el destino de dos continentes.
Oportunidades para la literatura, el teatro y el cine
A diferencia de figuras como Hernán Cortés, Lope de Aguirre, o Francisco Pizarro, Pedro Lisperguer Wittemberg aún espera un tratamiento artístico integral. Su trayectoria extraordinaria —acompañando al emperador Carlos V por el sur de Alemania y los Países Bajos, residiendo en España bajo el patrocinio de los duques de Feria, viajando a Londres con el príncipe Felipe (el futuro Felipe II), y luego participando en campañas junto a García Hurtado de Mendoza y Alonso de Ercilla en las guerras de Arauco—une la grandeza de las cortes imperiales, la intriga de las alianzas dinásticas, y la brutalidad de los campos de batalla coloniales, haciendo de su vida un tema idóneo para una novela, obra de teatro, ópera o película para un público que busque tanto autenticidad histórica como narración épica.
Para un contexto más profundo, se recomienda consultar El conquistador alemán Pedro Lisperguer Wittemberg: de cortesano de Carlos V y Felipe II a célebre precursor de Chile.
Lecturas recomendadas:
RESEÑAS SOBRE LA INVESTIGACIÓN DE LA FAMILIA LISPERGUER WITTEMBERG
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